jueves, 29 de octubre de 2009

Cultura, ética y prensa






Dice Víctor Roura:
“Hablar de la ética en la cultura de la prensa podría resultar una redundancia, de no ser porque la realidad, el acto concreto, nos indica que, en efecto, en la misma práctica estas tres figuras a veces caminan por rutas demasiado separadas, distantes, aisladas unas de otras”.
En efecto: Cultura, Ética y Prensa son tres conceptos en los que se apoya el autor del presente texto para sumergirse en el mundo de la comunicación, desde el ámbito del periodismo cultural, con la idea de trazar una ruta del conocimiento que ayude a las nuevas generaciones de periodistas en México a comprender la teoría de estas nociones, desde el origen de la escritura, la cultura, los pensamientos éticos y la prensa, hasta lo que hoy se conoce como el Periodismo Moderno o del Siglo XXI, amenazados por el descubrimiento y auge de la red internáutica.
Roura divide en dos partes su obra: en la primera, según describe en la Introducción, hace un breve repaso de la historia de las ideas, los hallazgos, las conquistas y las exploraciones que han conducido a la comunicación de los hombres, mientras que en la segunda parte, mediante un diccionario con cerca de 250 entradas, aborda la práctica inmediata del periodista en su quehacer cotidiano.
El objetivo de este texto, según se puede percibir, es que el periodista actual esté dotado de toda la gama de conocimientos e investido de principios y valores que le permitan desarrollarse con independencia y se aleje de toda práctica de corrupción.
Comienza citando a dos grandes pensadores: Canek, quien, según Ermilo Abreu Gómez (1894-1971), afirmó: “nunca los hombres concilian sus opiniones”, y Fernando Savater (1947), quien dijo: “En lo único que a primera vista todos estamos de acuerdo es en que no estamos de acuerdo en todo”.
Savater dice, efectivamente, que esta premisa fundamental de la ética angustia a una profesión como la periodística, y señala que aún cuando varios periodistas cubran un mismo evento, cada uno tiene una interpretación distinta de los acontecimientos. “Cada uno –puntualiza- tendrá su punto de vista, que se enriquecerá si el testigo es portador de una vasta cultura o se verá empobrecido si el informador acumula una serie de deficiencias educativas”. Esto, de acuerdo con Savater, refleja la importancia de que el periodista, hoy en día, esté dotado de todas las capacidades cognitivas y prácticas para el mejor desempeño de sus funciones ante la sociedad.
Roura hace también un repaso del pensamiento de los grandes clásicos, desde Aristóteles, Sócrates, Platón, Cicerón, Séneca, y hasta de los pensadores de la era cristiana como Agustín de Hipona, Santo Tomás de Aguino, que escribieron diversos tratados sobre la ética, con el fin de hacer comprender que el periodista necesita estar dotado de buenas costumbres para poder imprimir un equilibrio a la hora de informar, puesto que, de acuerdo con Aristóteles, su carácter es la tendencia hacia lo que es justo medio en los afectos y en los actos. De acuerdo con esto, dice Roura, cada informador debe comportar una deontología (dean = obligación, deber, logía = conocimiento, estudio) periodística para así, con voluntad ética, asumir su profesión.
Hoy por hoy, de acuerdo con el libro de Víctor Roura, se sabe que la prensa se rige más que por una posible ética, por una apresurada agenda irrefutable de ritos y costumbres, prejuicios y tabúes, autocensura y automatismo, pues hay imposiciones rebatibles que no merecen ninguna discusión en la práctica. Para que los periodistas posean una ética, sostiene el editor cultural de El Financiero, no bastan una ley, ni una regulación, ni un cannon irrefutable. Con promover un en cada periódico o empresa de radio y televisión código bastaría, dice, ya que intentar su “globalización” sería motivo de discusiones interminables. Pero aún cuando en cualquier redacción pueda circular un código, advierte Roura, eso no impide que los periodistas reciban ocasionalmente un embute.
El autor del texto cita, en este sentido a Omar Raúl Martínez, que identifica cinco razones por las cuales se incurre en conductas alejadas de toda integridad, responsabilidad y profesionalismo: 1) La corrupción, que es promovida por sectores del gobierno y aceptada por los propios periodistas; 2) Conflictos de interés, que se dan cuando el informador o el medio están vinculados a alguna parte de la noticia; 3) La espectacularización de la noticia, hecho que ocurre cuando por buscar el más alto rating los medios sobredramatizan, simplifican, descontextualizan y desnaturalizan en sentido real y el impacto de la noticia; 4) La falta de acceso real a la información de órganos del Estado. Esta circunstancia obliga a los periodistas a recurrir al engaño para obtener información; 5) La incompetencia o ausencia de profesionalismo de los periodistas, que se hace patente en la recurrencia de errores por no corroborar hechos o contrastar fuentes, con lo que se generan desmentidos.
En su texto, Roura aborda también los primeros vestigios de la escritura, que datan del año 5000 a.C.; del espantable terremoto en Guatemala, cuyo reportaje lo hizo el escribano Juan Rodríguez, que saliera de la imprenta de Juan Pablos y que a la postre se convirtiera en la piedra fundacional de la prensa en México. Habla además de Cristóbal Colón como el primer reportero de América; de la nota de denuncia hecha por todos esos “reporteros” desesperados que describieron para sí, con horror, el arribo de los españoles a las costas mexicanas, y reproduce inclusive una cronología brevísima de la prensa en México elaborada por Humberto Musacchio, donde nos indica que antes del periodista, primero deambuló por estas calles coloniales, alrededor de 1524, el pregonero de la Nueva España, que se encargaba de dar a conocer al pueblo las medidas tomadas por el Ayuntamiento para ser obedecidas.
Aborda, por supuesto, el ejercicio del periodismo cultural, sus antecedentes históricos, sus delimitaciones o fronteras, hasta llegar a los temas de actualidad que forman parte de la agenda nacional y de los propios medios de comunicación, entre ellos Las instituciones públicas y la corrupción, las noticias como rumor, y lo que se conoce como Nuevo Periodismo o Periodismo Moderno o del Siglo XXI, y la era de internet, incluidos los temas del secreto profesional de los periodistas; en busca de la definición exacta del concepto de “periodista”; el riesgo de un analfabetismo electrónico; los nuevos saberes de la información electrónica; la sociedad teledirigida, entre otros.
Incluye en su texto un apartado que intitula Monumentos de papel, para referirse al papel, valga la redundancia, que desempeñan los periódicos en la sociedad y cita al polaco Ryszard Kapuscinski, que afirma que. “El periodismo es una profesión apasionante, pero si sólo la mueve la emoción, está lejos de cumplir su cometido; si a ésta aúna el conocimiento, entonces el resultado puede ser realmente imporante”. El periodista, en consecuencia, es una persona que, viviendo, toma posición, tiene emociones: siente. Y sentir y tener emociones es tomar ya partido. “Un periodista debe ser un hombre abierto a otras razones y a otras culturas; tolerante y humanitario. No debería haber sitio en los medios para las personas que los utilizan para sembrar el odio y la hostilidad y oara hacer propaganda. El problema de nuestra profesión es más bien ético”.
Por supuesto no podía dejar de mencionar a Gabriel García Marquez, quien considera al periodista tradicional al que “lucha por la noticia de primera plana, el que grita y se desespera y se come las uñas porque nadie puede ganarle esa primicia. Justamente el buen periodista es el que va a contracorriente. El que se aleja con prudencia de las exclusivas, las competencias, las primicias, las notas de la primera plana”.
Ya en el tema del Nuevo Periodismo, comenta que Tom Wolfe (1931), junto con Truman Capote (1924-1984) y Norman Mailer (1923) es uno de los representantes primarios de este tipo de periodismo. Wolfe (quien escribió un tratado sobre este Nuevo Periodismo) señala que Seymour Krim le dijo que esa etiqueta la oyó por primera vez en 1965, cuando era jefe de redacción de la revista Nugget, y Peter Hamill le había llamado para encargarle un artículo precisamente intitulado “The new journalism” para que reseñara el trabajo de reporteros como James Breslin y Gay Talese.
Hoy, de acuerdo con el texto de Roura, la mayoría de analistas coincide que hay un equilibrio perfecto entre la narrativa de la novela y el lenguaje de los periódicos. Esa endeble cuerda floja entre la literatura y el diarismo, entonces, se tensa para poder sostener sólidamente un nuevo género que asocia sin dificultad ambas artes: el periodismo y la literatura son una y la misma cosa cuando se prioriza el respeto a la escritura” (Phillip Roth, 1961). Para Gay Talese, el Nuevo Periodismo permite, demanda, de hecho, un enfoque más imaginativo del reportaje, mientras que para Hollowell, la voz del nuevo periodismo es francamente subjetiva. Por cierto, Roura cita aquí a Carlos Monsiváis, que dice. “Mi reino por un estilo establece, primordialmente, la muerte de la objetividad, elemento que es prácticamente imposible desde el quehacer del nuevo periodismo”.
Por su parte, Michael L. Johnson, distingue el nuevo periodismo del periodismo especializado y observa tres grandes categorías del nuevo periodismo que surge en los sesenta: 1) prensa subterránea; 2) libros o ensayos escritos en estilo periodístico por gente que dentro o fuera del campo literario ha formulado una respuesta directa, valorativa y por lo común participante, empleando o inventando una voz periodística, y 3) los cambios en los medios de comunicación oficiales que incorporan nuevas y distintas maneras de relatar y comentar los sucesos que les interesan.
Víctor Roura, en búsqueda de la definición exacta del concepto “periodista”, se remite al décimoquinto libro de Ernesto Villanueva, titulado Derecho mexicano de la información, en el que refiere que: el primer problema que debe aclararse al hablar del ejercicio periodístico es el concepto de periodista, más aún porque en la legislación mexicana no existe una definición al respecto. Sin embargo, Villanueva admite que no hay una solución sencilla para definir ese concepto, ya que tampoco hay una definición unívoca con aceptación universal. En consecuencia, abunda, dado que es inexistente algún colegiado que norme el trabajo de la prensa, su posible instauración enfrenta tres obstáculos centrales:
a) En principio, conviene precisar si el periodismo es una profesión o un oficio. La contribución de esta actividad al aportar los elementos de información necesarios para hacer factible la participación ciudadana en los asuntos públicos, permitiría pensar que se trata de una profesión. Sin embargo, no es el caso de México, pues aquí no se requiere cumplir con ningún requisito académico específico para desempeñar la actividad de periodista.
b) No hay que perder de vista que la legislación mexicana no creó la figura del colegio profesional como requisito de inscripción obligada para los profesionales, incluso para las profesiones liberales clásicas, como sucede en otros países, razón por la que se antoja difícil que el periodismo (que erróneamente no se consideraba una profesión) constituya, con su peculiar estatus legal, una excepción a la tradición mexicana, y
c) También habría que tener en cuenta las impugnaciones para establecer una institución de esta naturaleza para el periodismo, con arreglo al derecho internacional.
Finalmente, no se pueden omitir los riesgos que conllevan las nuevas tendencias del periodismo moderno, como la información electrónica que se recibe a través de la red internáutica. Hubert Markl lo advierte así: “se puede poseer toda la información y, a pesar de ello, no entender nada”. En su ensayo De la sociedad de los medios a la sociedad del saber, alerta a los receptores sobre la capacidad de distinguir lo que importa, lo que tiene valor, lo que posee sentido y lo que transporta un significado, y actuar en consecuencia; lo fundamental, sostiene, es dejar en la sombra, apartar, ignorar lo que carece de valor; saber extraer de las arenas movedizas de la información las pepitas de oro de significado que, por su peso, se ocultan en el fluir indiferente de la vida. En síntesis, sugiere: hay que tomar de la red lo que verdaderamente nos sirva.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Paquete fiscal y la lucha por la Presidencia



No podía haberle salido mejor la jugada al PAN para “dinamitar” al PRI con la Ley de Ingresos, y provocarle una fractura del tamaño de su triunfo en las elecciones pasadas. Al menos así lo perciben los analistas que, al fragor de la batalla, calificaron de “torpe” a César Nava por haber entrampado en el Senado el paquete fiscal que ya habían aprobado los diputados.
Ahora, a la luz del análisis frío de los acontecimientos -y por la forma como se están desarrollando las cosas en el tricolor-, le conceden al panista dotes de estratega, o por lo menos de buen brazo ejecutor de la línea oficial para dividir desde hoy al PRI, de cara al proceso electoral federal que se viene, y que estará enmarcado en la disputa por la Presidencia de la República en 2012.
Porque si bien al principio -cuando Nava imputó al PRI la paternidad del incremento al 16% de IVA- todo mundo pensó que se había ido por la libre y que había reventado la negociación que dejaba prácticamente planchada la Ley de Ingresos para su aprobación en el Senado, ahora los observadores creen que Nava siguió puntualmente el scrip del manual de estrategias de Los Pinos para dinamitar la unidad priista que tanto dañó le infringió al panismo en los últimos comicios.
Diversas voces coinciden con esta tesis; articulistas, columnistas financieros y políticos, politólogos y economistas están convencidos que los asuntos importantes de la agenda nacional están, otra vez, entrampados en la disputa entre partidos por la sucesión presidencial.
De antemano colocan la Ley de Ingresos, el Presupuesto de Egresos, la problemática electricista, así como la elección del ombudsman federal y el proceso venidero para elegir al nuevo gobernador del Banxico, en la vorágine del conflicto interpartidista por la Presidencia, donde los encontronazos internos entre precandidatos (extraoficiales) y los posicionamientos públicos para ganar más adeptos, dicen, están a la orden del día. Y la ciudadanía, como siempre, de indignada espectadora.
Algunos articulistas -entre ellos Ricardo Pascoe Pierce (en Excélsior)- perciben incluso que “la lucha por la Presidencia de la República ha empantanado (otra vez) al país”. Lo ve así por la forma como se están comportando los actores representativos de los principales partidos en el Congreso; no les importa el país, refiere, toman decisiones buscando sacar la mejor raja política rumbo al 2012.
Esas actitudes explicarían comportamientos políticos como los de Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, los gobernadores priistas y, por supuesto, también del panismo encabezado por su dirigente Nava y sus coordinadores parlamentarios en el Congreso. No se diga del lado del PRD (Los Chuchos), o del PT que busca la revolución para el 2010 (AMLO, Muñoz Ledo, Monreal, Noroña, etc.); o los del nuevo FAP autodenominados la nueva izquierda (Camacho Solís, léase Marcelo Ebrard).
El asunto es que todos tienen la mira puesta en los procesos electorales del 2010 y 2012 y en base a ello están tomando decisiones que afectan la marcha económica del país. Al menos así lo han hecho con el paquete fiscal, donde, por lo pronto, uno de los primeros ganadores –políticamente, claro, aunque al país se lo lleve el tren- sería el PAN, al haber metido al PRI en un brete atribuyéndole la paternidad del alza al IVA.
Al respecto, Raymundo Riva Palacio, dice hoy en su columna Estrictamente Personal, en El Financiero que las declaraciones de Nava provocaron una crisis interna en el priismo: puso a toda la cúpula tricolor a pelear, los sectores en los que se sustenta el PRI, se partieron y esta organización política entró en su peor crisis pública interna desde 1987, describe Riva Palacio. Vale la pena echarle un vistazo completo a su columna de hoy. Y, es que, afirma, Nava puso un queso en la ratonera y los priistas cayeron.

viernes, 23 de octubre de 2009

Casi la cuarta parte ha cobrado


Para ser la primera semana, y con todo y las dificultades naturales que se presentan al inicio de cualquier proceso, no están nada mal los números que registran los medios sobre el número de liquidados de LyFC. Hasta anoche iban 10,334 los trabajadores que ya recogieron sus cheques, poco más del 23 por ciento o casi la cuarta parte (como quiera verlo) del total de agremiados del SME. Eso en ocho días. De seguir así las cosas, es probable que la próxima semana se esté hablando del 50%, y así, hasta que sean cada vez menos los que se resistan a cobrarlos, y que serían lo que están identificados prácticamente con la dirigencia que encabeza Martín Esparza; es decir, sería un número reducido de trabajadores los que tal vez, presionados por su “líder”, hagan caso omiso del llamado del gobierno federal para que pasen por sus liquidaciones antes del 14 de noviembre. La nota de hoy, la que esperarían los medios, va por el lado del número de bienes que habría recuperado el SAE, al vencerse este viernes, a las tres de la tarde, el plazo fijado para ese propósito. Habrá que ver cómo afloran esos números, sobre todo porque se desconoce el inventario general de los bienes que se asignaron a los agremiados del SME antes de decretarse la extinción de LyFC. Por lo demás, los medios dedicaron amplios espacios para difundir la accidentada comparecencia del secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, en la Cámara de Diputados, en donde apenas lo dejaron reiterar la posición del gobierno federal con respecto a la liquidación de Luz y Fuerza, que fue legal, oportuna y en defensa de los intereses de la nación, según lo dicho por el funcionario en San Lázaro. Y es que los diputados del PRD, PT y Convergencia, azuzados por Gerardo Fernández Noroñoa –según registran las crónicas- violentaron e irrumpieron la sesión de ayer hasta que la reventaron, sin que el funcionario pudiera cumplir con el objetivo para el que fue citado: comparecer con motivo de la glosa del tercer informe presidencial. Y como el presidente de la Cámara, el panista Francisco Ramírez Acuña, dio por cumplida la comparecencia de Lozano, ahora los diputados de oposición exigen que vuelva a comparecer. A ver cómo se desarrollan las cosas el fin de semana.

jueves, 22 de octubre de 2009

Presenta demanda SME ante PGR


Mientras este jueves el SME presentó ante la PGR una demanda en contra de los funcionarios que resulten responsables por estar pagando a los ex trabajadores de LyFC liquidaciones por encima de la ley, y al mismo tiempo que la disidencia sindical encabezada por Alejandro Muñoz exige el remate de los bienes del sindicato con la finalidad de que las ganancias sean repartidas entre todos los agremiados antes de que también les sean escamoteadas por Martín Esparza -según temor manifestado por el tesorero Muñoz-, en el sector industrial comienza a sentirse preocupación por el destino que les depare a los proveedores de LyFC. El tema lo toca hoy, en El Universal Maricarmen Cortés, en su columna Desde el piso de remates, donde reproduce la inquietud del dirigente de Canacintra, Miguel Marón Manzur, que plantea la incertidumbre que prevalece sobre todo en las pequeñas y medianas empresas, que son las que se ven más afectadas en su liquidez por el retraso en los pagos por parte de la extinta paraestatal, según consigna la columnista. Pero hay otra arista de la información de medios que puede generarle ruido al gobierno federal en el conflicto que mantiene con el SME. Es la que aborda en su columna Empresa, Alberto Barranco, también en El Universal. Asegura que la bancada panista en el Congreso prepara una iniciativa para abrir la posibilidad de generación para fines públicos y de distribución de energía eléctrica, a favor del capital privado nacional y extranjero, lo que iría, dice el analista financiero, a contrapelo de la promesa presidencial de que la extinción de LyFC no implicaría la privatización del órgano desconcentrado. Por otra parte, los principales medios, en su versión impresa, destacan que al sexto día de iniciados los pagos de las liquidaciones, ocho mil 512 personas han acudido a cobrar sus cheques. La cifra, según cálculos del SAE, representa el 19.1% de los 44 mil empleados que tenía LyFC. Ello significaría que al acercarse el 14 de noviembre (fijada en el decreto presidencial como fecha límite para que los trabajadores que antes de ese día recojan sus cheques puedan ser sujetos de reinserción laboral) podría fluir un mayor número de agremiados a los módulos de liquidación. Mientras tanto, sigue corriendo también el plazo fijado por las autoridades (a más tardar mañana a las tres de la tarde) para que los ex trabajadores devuelvan los bienes que les fueron asignados por la empresa antes de la publicación de decreto de liquidación. Hay poca información hasta ahora en los medios, donde, por el contrario, sobresale la convocatoria del SME para que no hagan caso de la petición del SAE. Por lo demás, en estos momentos está compareciendo en San Lázaro el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, donde hace una defensa férrea de la legalidad de la extinción de Luz y Fuerza, entre interrupciones e insultos por parte de los diputados pejistas encabezados por Gerardo Fernández Noroña, al tiempo que se nombró al priísta Alfonso Navarrete Prida como cabeza del grupo de trabajo para investigar el caso LyFC.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Ultimátum para devolver bienes


Aunque la atención de la opinión pública estuvo concentrada, durante las últimas 24 horas, en las negociaciones del paquete económico en la Cámara de Diputados, particularmente en lo que tiene que ver con la Ley de Ingresos –que finalmente, después de toma de tribuna por el PT, fue aprobada en las primeras horas de hoy con más impuestos a consumidores y contribuyentes cautivos-, los medios impresos y electrónicos siguieron dando amplia cobertura a la situación que enfrentan los trabajadores electricistas, derivado del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, publicado el 11 de octubre en el Diario Oficial de la Federación. Ahora, aunado al conflicto interno que le representa a la mayoría de agremiados el decidir si acuden o no a recoger sus cheques de liquidación, se suma la exigencia de las autoridades federales para que devuelvan, a más tardar este viernes a las tres de la tarde, los bienes que tengan bajo su posesión o resguardo, en los centros de recepción que se han dispuesto para ese fin. Son cientos de vehículos que fueron asignados a ex trabajadores de la paraestatal antes de que se decretara su desaparición, pero además hay equipos de herramientas y transformadores que tienen que devolver, según los anuncios desplegados en diarios de circulación nacional. Obviamente la dirigencia del SME, encabezada por Martín Esparza (no reconocida oficialmente por el gobierno federal) ya lanzó un exhorto a los trabajadores para que no atiendan la petición del SAE, bajo el argumento de que no tiene la competencia para efectuar el procedimiento administrativo. Mientras tanto, desde anoche (hoy se registra además en todos los medios impresos) los noticieros de radio y televisión informaron que son ya seis mil 562 los ex empleados que han aceptado ya su liquidación, lo que habla ya de un porcentaje de alrededor del 15% del total de trabajadores que conforma la plantilla de LyFC. Por si faltara algo, el propio Martín Esparza anunció, una vez más, su rompimiento con Alejandro Muñoz (tesorero del SME que se proclamó ganador de la elección interna tras denunciar el fraude de Esparza), quien busca que continúen las pláticas en la Secretaría de Gobernación y con lo que no está de acuerdo Martín. Habrá que ver cómo se van desarrollando las cosas. Por lo demás, en otros temas de la agenda mediática, sobresale, por supuesto, la intentona de los diputados pejistas (ahora se entiende mejor para qué pusieron ahí a Gerardo Fernández Noroña) de boicotear la aprobación de la Ley de Ingresos, la que, de todos modos pasó con los resultados ya de todos conocidos. Y un asunto más, que quizá para muchos pasó desapercibido, pero no para acuciosos analistas, fue la reunificación de la llamada izquierda mexicana, en la que (¡vaya paradoja del destino!), quedó al frente un reputado ex priísta y ex salinista: Manuel Camacho Solís, a el columnista de El Universal, Ricardo Alemán, recuerda como “artífice de la persecución del FDN, del fraude electoral de 1988, y principal obstáculo para la fundación del PRD en 1989”. Más aún, abunda, parece no importarle a nadie que eso que hoy llaman “la izquierda mexicana” la integren partidos como PT y Convergencia; groseras empresas familiares nada democráticas, verticales, autoritarias y cuyos patriarcas (Alberto Anaya y Dante Delgado) son reconocidos pillos del viejo cuño tricolor, refiere el autor de Itinerario Político en ese diario. Habrá que echarle un vistazo completo a su columna de hoy, donde plantea: Y así pretenden que la sociedad crea farsas como la toma de San Lázaro por el PT y Convergencia. ¿Esa farsa es la izquierda mexicana?

martes, 20 de octubre de 2009

LyFC, a segundo plano

Desde ayer los medios comenzaron a ocuparse ya de otros temas de trascendencia para el país, como el de la Ley de Ingresos para 2010 y su discusión en el Congreso. Hoy, en consecuencia, la mayoría de impresos y electrónicos destaca en sus espacios los primeros resultados de acuerdos entre PRI y PAN que, por supuesto, se someterán hoy al pleno de la Cámara de Diputados, pero que ya perfilan de antemano la aprobación de dicha Ley: se desecha la propuesta del 2% al consumo generalizado que proponía el presidente Calderón para el combate a la pobreza, pero se incrementa (con el aval del PRI) de 15% a 16% el IVA, salvo en alimentos y medicinas. Pasó, así, a segundo plano -al menos por estos días- el conflicto sindical del SME con el gobierno federal por la liquidación de LyFC, lo que no significa que haya acabado el problema. Tan sigue, y estará presente, que ayer Martín Esparza se retiró de la mesa de diálogo en Gobernación y amenazó con un paro nacional por parte de otras organizaciones sindicales de industria, provocando con ello no sólo ruptura con las autoridades federales, sino ahondando además la profunda división que existe entre sus agremiados, pues su opositor Alejandro Muñoz informó que él sí asistiría a las pláticas con la Segob, puesto que de lo que se trata es de salvaguardar los intereses de los trabajadores. Y es que, aunque son todavía la mayoría de ex trabajadores de LyFC los que no han decidido recoger sus cheques en los módulos de liquidación, muchos se muestran ya desesperados –según testimonios recogidos por noticieros televisivos y radiofónicos- por la situación que enfrentan, y es cuestión de días –advierten- para que finalmente acepten lo que les está ofreciendo el gobierno federal, ya que “es mucha la presión de nuestras familias, que tienen que comer”, dijeron algunos. Desde anoche, por ejemplo, los espacios de radio de Alberto Aguilar y Maricarmen Cortés, así como los noticieros de televisión que conducen Ciro Gómez Leyva (Milenio Televisión) y Joaquín López-Dóriga (Televisa) dieron cuenta que son ya cuatro mil 579 los trabajadores que han pasado a recoger sus cheques, es decir, alrededor del 10% ya del total de agremiados del SME. Esta información, por supuesto, se reprodujo hoy en los espacios informativos de la prensa que, sin embargo, decidieron enfocar su atención a las negociaciones que se llevan a cabo en San Lázaro respecto del paquete fiscal para el próximo año, y así lo reflejan también columnistas financieros y políticos, además de articulistas que nos recuerdan que hoy vence el plazo para que esté aprobada la Ley de Ingresos en la Cámara de Diputados. Lo que seguiría ahora en relación con este tema, es ver qué pasa en el Senado, donde Manlio Fabio Beltrones, al parecer, enmendaría la plana los diputados priistas que avalaron el aumento del IVA al 16%. De ser así, una vez más, se estaría al borde de los tiempos legislativos para la aprobación definitiva de la Ley de Ingresos. Pero qué más da, como bien señala hoy Caminante en La Razón: “Dijo el experto: con la Ley de Ingresos que proyecta el PRI cuadran los números para el 2010, pero no cuadran para el futuro. Dijo el grillo: si cuadran para el 2010, cuadran para el 2012. Eso es lo único que importa. Y después, que venga el diluvio. Ya veremos”.

lunes, 19 de octubre de 2009

¿Seguiría el SNTE?

Aunque algunos críticos siguen considerando como error la instalación de una mesa de diálogo en Gobernación para tratar la reinserción laboral de los ex trabajadores de LyFC, toda vez que estaba visto que el SME de Martín Esparza no aceptaría nada que no fuera la derogación del decreto presidencial del 11 de octubre, hoy los analistas (entre ellos Pablo Hiriart, en La Razón) ponderan la medida del gobierno federal y perciben como uno de los objetivos de esa decisión, el propiciar “el aterrizaje más terso a la extinción de LyFC”. No omite en señalar, sin embargo, el autor de la columna Uso de Razón, que la medida “parece un contrasentido”, sobre todo porque cuando el gobierno federal negó la toma de nota a Martín Esparza como secretario general del SME, desconoció en él todo tipo de liderazgo, pues no sólo carecía de representatividad sino que, además, había llegado a ese puesto a través de un fraude en las elecciones internas de esa organización gremial. Sin embargo todo mundo vio entrar a Esparza a la Secretaría de Gobernación para sentarse con los representantes del gobierno que lo desconocieron. De ahí que el columnista cuestione con toda razón a las autoridades federales: ¿Son dirigentes legítimos o no lo son? ¿Ya se echó para atrás el gobierno con el desconocimiento a la dirigencia encabezada por Esparza? ¿Qué otro paso hacia atrás sigue? Por supuesto que genera incertidumbre en la opinión pública el hecho de que se haya instalado esta mesa de diálogo entre Gobernación y el SME, pero las razones de fondo para hacerlo, más allá de comentarios, se inscriben en el contexto del anuncio que el fin de semana hicieron de manera conjunta los secretarios de Trabajo, Javier Lozano, y de Economía, Gerardo Ruiz Mateos. Tras insistir en que el gobierno federal no dará marcha atrás al decreto que extingue LyFC, Lozano dijo que se ofrecerán asesorías y facilidades a los electricistas para que se autoempleen, y puso a su disposición 21 franquicias de distintos giros. Con esto, el gobierno amplía su cobertura a los trabajadores; promete cursos de “reconversión laboral” para capacitarlos en computación, mecánica automotriz, refrigeración, mantenimiento de vehículos y de inmuebles, asistente educativo, dibujo asistido por computadora, inglés y hasta en electricidad. La medida, de acuerdo a los análisis de columnistas políticos, representa un intento de hacer más terso el proceso de liquidación de LyFC, y para tratar de convencer a más trabajadores a que pasen a recoger cuanto antes su liquidación para que puedan hacerse merecedores de estos beneficios. Sobre todo cuando el propio Lozano, el sábado, informó que son dos mil 527 los electricistas que han ido a recoger sus cheques, un porcentaje mínimo con respecto al número total de agremiados del SME, que rebasa los 44 mil trabajadores. Con todo, analistas políticos y financieros, así como diversos sectores de la sociedad, siguen pensando que el decreto de extinción de LyFC ha sido hasta hoy la medida más acertada asumida por el gobierno del presidente Calderón, y muchos creen que otras organizaciones gremiales como el SNTE estarían poniendo sus barbas a remojar, ante la posibilidad que la liquidación de LyFC sea parte de una estrategia global del calderonismo para desmantelar el corporativismo sindical en el país.

viernes, 16 de octubre de 2009

Se apanica el gobierno federal

Apenas le mostraron el músculo, y el gobierno federal se apanicó. Al menos ese sería el sentir generalizado en ámbito de la Administración Pública Federal. Porque todavía no terminaban de salir de la plancha del Zócalo capitalino los manifestantes y aliados del SME, cuando ya la Secretaría de Gobernación anunciaba la instalación de una mesa de diálogo -lo que confirmaría cerca de las diez de la noche, en un boletín- para discutir el decreto de extinción de LyFC y las posibilidades de reintegración laboral y productiva de los trabajadores electricistas en liquidación. Fue una mala señal, interpretan hoy algunos analistas, entre ellos Sergio Sarmiento, en Reforma, porque, a estas alturas, dar marcha atrás a una decisión histórica, “sería equivalente a renunciar a la Presidencia”; y con el ingrediente de que el “mediador” en esa mesa de diálogo será nada menos que Marcelo Ebrard. Pero vayamos por partes. Según lo que publica hoy la prensa, mientras el gobierno capitalino calculó en 150 mil los asistentes a la marcha (Reforma), y el SME de Martín Esparza aseguró que se congregaron más de 300 mil (Milenio, Crónica, Excélsior, etc.), los reportes de noticieros radiofónicos (Radio Fórmula, Formato 21, etc.), coincidieron en describir que, al menos en el contingente del SME no había más de 400 trabajadores electricistas. Salieron a marchar, entonces, los de siempre: panchosvillas, atencos, panteras, acarreados por el GDF, bejaranos, máistros, adelitas y appos de Oaxaca. También telefonistas, cegeacheros, lopitos, ancianos, madres solteras y discapacitados “becados”, duros del PT y de Convergencia. Además de todos los participantes de las manifestaciones capitalinas: Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Gerardo Fernández Noroña, las huestes de René Bejarano, perredistas y petistas, los acarreados de los gobiernos delegacionales, los mineros leales a Napoleón Gómez Urrutia, los escuadrones de Francisco Hernández Juárez, los agremiados del STUNAM, los profesores y estudiantes radicales de la UNAM y los grupos que viven de las dádivas del GDF. Y uno se pregunta: Si son más de 40 mil los agremiados del SME, ¿qué representatividad tiene entonces Esparza, si nada más reunió a unos 400 sindicalizados? Se infiere, con esto, que la mayoría de los ex trabajadores de LyFC estaría más ocupada en ver cómo recogen sus cheques de liquidación, que en involucrarse más en movilizaciones. Preocupa, sin embargo, la instalación, hoy, de la mesa de diálogo en Gobernación, no porque no estemos de acuerdo con ello (el diálogo es la mejor forma de resolver las confrontaciones), sino porque pudiera verse en la opinión pública nacional como una señal de debilidad y retroceso en la decisión del gobierno federal de liquidar LyFC. Y porque, aunque Fernando Gómez Mont ya aclaró que la mesa es únicamente para tratar el asunto de la reinserción laboral, es claro que el SME no busca eso. Quiere la derogación del decreto, que salga la Policía Federal de la empresa, la reintegración de todos los trabajadores, y que el GDF participe en las negociaciones. Y por lo que se ve, este punto ya lo ganó Martín Esparza, desde el momento en que Gobernación aceptó sentar a la mesa a un representante de Marcelo Ebrard. Por eso preocupa a los sectores que dieron su pleno respaldo a la decisión presidencial, porque la mesa de diálogo se mira más como un signo de debilidad. Porque, como plantea Bajo Reserva en El Universal: ¿qué van a negociar? ¿Hay algo negociable? El SME sólo aceptará que le devuelvan LyFC; no van por liquidaciones más altas. Por eso, volviendo a lo que dice hoy Sergio Sarmiento, en su columna Jaque Mate de Reforma, “el presidente Calderón no puede echarse para atrás por una marcha, sin importar cuán numerosa sea. Cancelar la liquidación de Luz y Fuerza sería equivalente a renunciar a la Presidencia”.

jueves, 15 de octubre de 2009

Más vale tarde que nunca

Más vale tarde que nunca, dicen. Así que, aún cuando algunos observadores, como Alfonso Zárate, reprochan al Presidente el haberse tardado tanto en decretar la liquidación de LFC (la medida debió aplicarse desde 2008, le parece), la mayoría sigue aplaudiendo esta decisión, tal como consigna hoy Reforma en una encuesta telefónica, donde, de una muestra de 500 entrevistas, el 50% de los capitalinos aprueba la liquidación de esa empresa, contra 37% que se opone, y 13% no tiene opinión. Incluso 79% de los entrevistados afirma que las movilizaciones que a partir de esta tarde iniciará el SME, no impedirá el cierre de la compañía. Este es el segundo sondeo de opinión difundido en la semana por medios impresos favorable al gobierno federal. El primero fue levantado por el Gabinete de Comunicación Estratégica (de Federico Berrueto) y difundido el martes en Milenio, que reflejó que ocho de 10 personas manifestaron su respaldo a la determinación del titular del Ejecutivo de acabar con ese lastre para la economía nacional. Ayer, no obstante, hubo otra encuesta difundida por El Universal, que también divide a la opinión pública entre los que aprueban y los que desaprueban la liquidación de LFC y que los columnistas afines a la causa del SME y del Peje López Obrador (entre ellos Ricardo Rocha) le conceden mayor credibilidad que las anteriores, aunque reconoce la ventaja relativa de 48% a 43% para el gobierno en esta trascendental resolución. Obviamente Rocha, en su afán de golpeteo a la medida, destaca los resultados de otros rubros arrojados por la misma encuesta, como por ejemplo que las condiciones de privilegio de las que gozaban los sindicalizados de LFC, también eran para los directores y empleados de confianza de la paraestatal. Más aún, en la primera plana de El Universal, ayer, también se publicó una gráfica comparativa entre la satanizada LFC y la idealizada CFE, que sintetiza –se ufana el panegirista del Peje- que “tan caro es el pinto como el colorado”. Esto, porque al igual que LFC, la CFE también cuenta con miles de sindicalizados con igual o mejores prestaciones que la extinta LFC. Sin embargo, la mayoría de analistas políticos, hoy, vuelven a cuestionar el papel del ex dirigente del SME, Martín Esparza y sus aliados (AMLO, Porfirio Muñoz Ledo y Fernández Noroña) por la movilización que realizarán esta tarde y que, como vaticina Ciro Gómez Leyva, “será el último canto del SME”, sobre todo por el contundente rechazo que recibió ayer del presidente de la Comisión de Energía del Senado, el priísta Francisco Labastida, quien públicamente lo bateó (a Esparza, cuando éste acudió a pedirle apoyo), al decirle: “eso dependerá de la decisión del gobierno federal, pues si a la Federación no le interesa acercarse, por la posición irreductible expresada públicamente por el sindicato, ni cederá en su posición de cerrar LFC, el Senado no intervendrá”. Así las cosas, habrá que ver cómo se desarrolla la situación, puesto que si bien el SME tiene de su lado a los maestros de la anarquía que pueden poner de cabeza al país cuando lo quieran, el Estado, con esta decisión, ha recuperado la rectoría sobre el sector energético, al grado que Carlos Elizondo Mayer Serra (se recomienda su lectura completa, en Reforma) considera la medida como una segunda nacionalización del sector dado que LFC estaba privatizada a favor del SME. O para dejarlo en palabras de Alfonso Zárate: Tanto sembraron “diablitos”, que al final se les apareció Satanás”.

sábado, 10 de octubre de 2009

Se están tardando

El conflicto abierto entre el SME y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, entró este fin de semana en un compás de espera, ante el ultimátum lanzado el viernes por Martín Esparza al gobierno federal para que le entregue a más tardar el lunes 12 de octubre la toma de nota que le negó la semana pasada como secretario general de esa organización gremial.

La mayoría de analistas políticos coinciden que el gobierno federal se ha tardado ya en tomar la decisión para proceder a la liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LFC) y, si bien algunos ven en esto la prudencia de las autoridades federales para no complicar más el panorama nacional, otros creen que con ello el SME está ganando tiempo para incrementar la presión al gobierno mediante movilizaciones de las bases sindicales, y así ganar imagen ante la opinión pública que, al menos la semana pasada, estuvo del lado del calderonismo.

Habrá que esperar al próximo lunes, para ver cómo viene la respuesta del secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, en cuanto a la exigencia del SME y su líder sindical desconocido, de que le entregue la toma de nota a Martín Esparza.