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viernes, 23 de octubre de 2009

Casi la cuarta parte ha cobrado


Para ser la primera semana, y con todo y las dificultades naturales que se presentan al inicio de cualquier proceso, no están nada mal los números que registran los medios sobre el número de liquidados de LyFC. Hasta anoche iban 10,334 los trabajadores que ya recogieron sus cheques, poco más del 23 por ciento o casi la cuarta parte (como quiera verlo) del total de agremiados del SME. Eso en ocho días. De seguir así las cosas, es probable que la próxima semana se esté hablando del 50%, y así, hasta que sean cada vez menos los que se resistan a cobrarlos, y que serían lo que están identificados prácticamente con la dirigencia que encabeza Martín Esparza; es decir, sería un número reducido de trabajadores los que tal vez, presionados por su “líder”, hagan caso omiso del llamado del gobierno federal para que pasen por sus liquidaciones antes del 14 de noviembre. La nota de hoy, la que esperarían los medios, va por el lado del número de bienes que habría recuperado el SAE, al vencerse este viernes, a las tres de la tarde, el plazo fijado para ese propósito. Habrá que ver cómo afloran esos números, sobre todo porque se desconoce el inventario general de los bienes que se asignaron a los agremiados del SME antes de decretarse la extinción de LyFC. Por lo demás, los medios dedicaron amplios espacios para difundir la accidentada comparecencia del secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, en la Cámara de Diputados, en donde apenas lo dejaron reiterar la posición del gobierno federal con respecto a la liquidación de Luz y Fuerza, que fue legal, oportuna y en defensa de los intereses de la nación, según lo dicho por el funcionario en San Lázaro. Y es que los diputados del PRD, PT y Convergencia, azuzados por Gerardo Fernández Noroñoa –según registran las crónicas- violentaron e irrumpieron la sesión de ayer hasta que la reventaron, sin que el funcionario pudiera cumplir con el objetivo para el que fue citado: comparecer con motivo de la glosa del tercer informe presidencial. Y como el presidente de la Cámara, el panista Francisco Ramírez Acuña, dio por cumplida la comparecencia de Lozano, ahora los diputados de oposición exigen que vuelva a comparecer. A ver cómo se desarrollan las cosas el fin de semana.

martes, 20 de octubre de 2009

LyFC, a segundo plano

Desde ayer los medios comenzaron a ocuparse ya de otros temas de trascendencia para el país, como el de la Ley de Ingresos para 2010 y su discusión en el Congreso. Hoy, en consecuencia, la mayoría de impresos y electrónicos destaca en sus espacios los primeros resultados de acuerdos entre PRI y PAN que, por supuesto, se someterán hoy al pleno de la Cámara de Diputados, pero que ya perfilan de antemano la aprobación de dicha Ley: se desecha la propuesta del 2% al consumo generalizado que proponía el presidente Calderón para el combate a la pobreza, pero se incrementa (con el aval del PRI) de 15% a 16% el IVA, salvo en alimentos y medicinas. Pasó, así, a segundo plano -al menos por estos días- el conflicto sindical del SME con el gobierno federal por la liquidación de LyFC, lo que no significa que haya acabado el problema. Tan sigue, y estará presente, que ayer Martín Esparza se retiró de la mesa de diálogo en Gobernación y amenazó con un paro nacional por parte de otras organizaciones sindicales de industria, provocando con ello no sólo ruptura con las autoridades federales, sino ahondando además la profunda división que existe entre sus agremiados, pues su opositor Alejandro Muñoz informó que él sí asistiría a las pláticas con la Segob, puesto que de lo que se trata es de salvaguardar los intereses de los trabajadores. Y es que, aunque son todavía la mayoría de ex trabajadores de LyFC los que no han decidido recoger sus cheques en los módulos de liquidación, muchos se muestran ya desesperados –según testimonios recogidos por noticieros televisivos y radiofónicos- por la situación que enfrentan, y es cuestión de días –advierten- para que finalmente acepten lo que les está ofreciendo el gobierno federal, ya que “es mucha la presión de nuestras familias, que tienen que comer”, dijeron algunos. Desde anoche, por ejemplo, los espacios de radio de Alberto Aguilar y Maricarmen Cortés, así como los noticieros de televisión que conducen Ciro Gómez Leyva (Milenio Televisión) y Joaquín López-Dóriga (Televisa) dieron cuenta que son ya cuatro mil 579 los trabajadores que han pasado a recoger sus cheques, es decir, alrededor del 10% ya del total de agremiados del SME. Esta información, por supuesto, se reprodujo hoy en los espacios informativos de la prensa que, sin embargo, decidieron enfocar su atención a las negociaciones que se llevan a cabo en San Lázaro respecto del paquete fiscal para el próximo año, y así lo reflejan también columnistas financieros y políticos, además de articulistas que nos recuerdan que hoy vence el plazo para que esté aprobada la Ley de Ingresos en la Cámara de Diputados. Lo que seguiría ahora en relación con este tema, es ver qué pasa en el Senado, donde Manlio Fabio Beltrones, al parecer, enmendaría la plana los diputados priistas que avalaron el aumento del IVA al 16%. De ser así, una vez más, se estaría al borde de los tiempos legislativos para la aprobación definitiva de la Ley de Ingresos. Pero qué más da, como bien señala hoy Caminante en La Razón: “Dijo el experto: con la Ley de Ingresos que proyecta el PRI cuadran los números para el 2010, pero no cuadran para el futuro. Dijo el grillo: si cuadran para el 2010, cuadran para el 2012. Eso es lo único que importa. Y después, que venga el diluvio. Ya veremos”.

viernes, 16 de octubre de 2009

Se apanica el gobierno federal

Apenas le mostraron el músculo, y el gobierno federal se apanicó. Al menos ese sería el sentir generalizado en ámbito de la Administración Pública Federal. Porque todavía no terminaban de salir de la plancha del Zócalo capitalino los manifestantes y aliados del SME, cuando ya la Secretaría de Gobernación anunciaba la instalación de una mesa de diálogo -lo que confirmaría cerca de las diez de la noche, en un boletín- para discutir el decreto de extinción de LyFC y las posibilidades de reintegración laboral y productiva de los trabajadores electricistas en liquidación. Fue una mala señal, interpretan hoy algunos analistas, entre ellos Sergio Sarmiento, en Reforma, porque, a estas alturas, dar marcha atrás a una decisión histórica, “sería equivalente a renunciar a la Presidencia”; y con el ingrediente de que el “mediador” en esa mesa de diálogo será nada menos que Marcelo Ebrard. Pero vayamos por partes. Según lo que publica hoy la prensa, mientras el gobierno capitalino calculó en 150 mil los asistentes a la marcha (Reforma), y el SME de Martín Esparza aseguró que se congregaron más de 300 mil (Milenio, Crónica, Excélsior, etc.), los reportes de noticieros radiofónicos (Radio Fórmula, Formato 21, etc.), coincidieron en describir que, al menos en el contingente del SME no había más de 400 trabajadores electricistas. Salieron a marchar, entonces, los de siempre: panchosvillas, atencos, panteras, acarreados por el GDF, bejaranos, máistros, adelitas y appos de Oaxaca. También telefonistas, cegeacheros, lopitos, ancianos, madres solteras y discapacitados “becados”, duros del PT y de Convergencia. Además de todos los participantes de las manifestaciones capitalinas: Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Gerardo Fernández Noroña, las huestes de René Bejarano, perredistas y petistas, los acarreados de los gobiernos delegacionales, los mineros leales a Napoleón Gómez Urrutia, los escuadrones de Francisco Hernández Juárez, los agremiados del STUNAM, los profesores y estudiantes radicales de la UNAM y los grupos que viven de las dádivas del GDF. Y uno se pregunta: Si son más de 40 mil los agremiados del SME, ¿qué representatividad tiene entonces Esparza, si nada más reunió a unos 400 sindicalizados? Se infiere, con esto, que la mayoría de los ex trabajadores de LyFC estaría más ocupada en ver cómo recogen sus cheques de liquidación, que en involucrarse más en movilizaciones. Preocupa, sin embargo, la instalación, hoy, de la mesa de diálogo en Gobernación, no porque no estemos de acuerdo con ello (el diálogo es la mejor forma de resolver las confrontaciones), sino porque pudiera verse en la opinión pública nacional como una señal de debilidad y retroceso en la decisión del gobierno federal de liquidar LyFC. Y porque, aunque Fernando Gómez Mont ya aclaró que la mesa es únicamente para tratar el asunto de la reinserción laboral, es claro que el SME no busca eso. Quiere la derogación del decreto, que salga la Policía Federal de la empresa, la reintegración de todos los trabajadores, y que el GDF participe en las negociaciones. Y por lo que se ve, este punto ya lo ganó Martín Esparza, desde el momento en que Gobernación aceptó sentar a la mesa a un representante de Marcelo Ebrard. Por eso preocupa a los sectores que dieron su pleno respaldo a la decisión presidencial, porque la mesa de diálogo se mira más como un signo de debilidad. Porque, como plantea Bajo Reserva en El Universal: ¿qué van a negociar? ¿Hay algo negociable? El SME sólo aceptará que le devuelvan LyFC; no van por liquidaciones más altas. Por eso, volviendo a lo que dice hoy Sergio Sarmiento, en su columna Jaque Mate de Reforma, “el presidente Calderón no puede echarse para atrás por una marcha, sin importar cuán numerosa sea. Cancelar la liquidación de Luz y Fuerza sería equivalente a renunciar a la Presidencia”.